El pozole es un plato muy conocido y que forma parte de la comida tradicional mexicana. Razón ésta por la que puede ser degustado en los días de fiestas patrias y celebraciones importantes para la nación.
Su preparación es muy fácil, sin embargo, muchas veces se le ha considerado como un platillo difícil de replicar y en el cual otros países no han logrado el éxito deseado.
Además de su sencillez, se le considera muy nutritivo y con un sabor súper agradable capaz de sorprender a dejar a todos cuando lo prueban.
D hecho, ha sido considerado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Guerrero, como uno de los platillos más saludables de la gastronomía mexicana.
No obstante, una de sus características más importantes es que carga también un poco de tradición y leyenda.
Su origen se considera emblemático y controversial, por esta razón, hablemos un poco sobre su historia antes de adentrarnos en la receta.
La palabra “pozole”, que le da nombre a la propuesta que te traemos hoy, proviene del náhuatl y significa “espuma”.
Esto se debe a que cuando los granos de maíz se abren, la preparación toma una apariencia como si fuera de espuma.
Sobra el origen de este platillo, se atestigua que existen referencias de su llegada a la Nueva España incluso antes de la caída de Tenochtitlán.
Se asegura que inicialmente la preparación no era muy aceptada por la idea que que los primeros mexicas hacían la receta con carne de los cautivos que se ofrecían como sacrificio en las grandes fiestas.
Según la tradición, estos cautivos que se sacrificaban eran desollados después de muertos y se despedazaban para ser consumidos, ya que para los mexicas, el consumo humano mostraba sus principios devotos y religiosos.
Generalmente, el consumo de esta carne se hacía hervido, y se le agregaban granos de un maíz de gran tamaño llamado cacahuacintle.
Así nación el “pozole”, plato que aún se consume en gran parte de México, y que ha ganado en popularidad en casi todo el continente americano.
Sin embargo, como es de esperar, la receta ha ido cambiando con el paso de los años, y hoy en día ha dejado de ser una preparación con fines devotos y, por supuesto, ¡prescinde de carne humana!
Entre sus principales variantes lo podemos ver de carne de cerdo, de pollo y hasta de res. En Guerrero, por ejemplo, es muy común verlo preparar con chicharrones y en la variante de color verde.
Mientras que en Nayarit, Sinaloa y en la Ciudad de México, el más común es el pozole rojo.
De todos modos no te desesperes, hoy te proponemos una preparación del pozole tradicional, y próximamente te traeremos sus variantes verde, rojo y blanco.
A pesar de que el pozole es una receta muy sencilla y fácil de preparar, hay quienes prefieren conocer algunos trucos que garantizan un sabor más particular y al gusto personal.
En este sentido, recuerda que si prefieres el plato con un toque de picante adicional, le puedes incluir entre los ingredientes un poco de chile de árbol en polvo.
Debes saber también que para abreviar el tiempo de la preparación, puedes hacer la sopa en una olla exprés.
El procedimiento es el mismo, pero cuando la olla comience a silbar, baja el fuego y espera entre 20 y 25 minutos.
Durante este tiempo la carne debe estar blanda y separada del hueso en caso de tenerlo.
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