Comienza cociendo la pechuga de pollo en un recipiente con abundante agua, sal, cebolla y ajo pelado.
Cose por aproximadamente 35 minutos o hasta que te asegures que la carne está completamente suave y se desprende con facilidad. Cuando esté listo deshébralo.
Mientras, puedes ir preparando la salsa. Para ello, lava bien los tomates y agrégalos a la licuadora o al procesador de alimentos, adiciona también los chiles, la cebolla, el ajo pelado, el caldo y el cilantro. Licua hasta obtener una consistencia suave y homogénea.
Una vez listo, coloca una olla o cacerola al fuego y agrega el aceite, cuando esté caliente, vierte en la cacerola la mezcla que había licuado y pásala a través de un colador.
Deja cocer unos 15- 20 minutos a fuego lento hasta que espese un poco.
Mientras la salsa alcanza su espesor, puedes ir calentando las tortillas de maíz en un comal o en un sartén pincelado con aceite.
Luego, vierte cada tortilla en la salsa de tomate y rellénalas con el pollo deshebrado y una cucharada más de salsa. Enróllalas formando un taco y acomódalas en un refractario para horno.
Cuando estén todas listas adiciona el queso rallado por encima y el resto de la salsa, coloca al horno unos 5 minutos solo para que el queso se funda.
Puedes acompañar con guacamole, frijoles refritos, arroz cocido o simplemente una bebida bien fría.