Comienza escogiendo los frijoles, separa las posibles suciedades que contengan y los que se muestren dañados.
Luego lávalos bien debajo del grifo y colócalos en una olla con al menos dos litros de agua. Si es una olla de presión será mucho mejor para garantizar tenerlos listo en menos tiempo.
Cocina los frijoles durante 1 o 2 horas, si es en olla de presión con 30-40 minutos estará bien. Asegúrate que estén blandos y abiertos, de lo contrario, agrega más agua y pon nuevamente al fuego.
Mientras esperas que transcurra el tiempo de cocción, ve cortando la cebolla, y pelando el ajo. Córtalos en trocitos pequeños.
Lava bien el cilantro y el cebollino y haz lo mismo, córtalos bien pequeñitos. Limpia el chile retirando las semillas y el tallo.
Cuando el frijol este blando, agrega en un sartén de borde alto o en una cazuela la manteca de cerdo, pon al fuego para que se licue completamente.
Agrega entonces la cebolla y el ajo y remueve constantemente. Cuando la cebolla se poche, adiciona el chile, el cilantro y el cebollino cortados.
Toma los frijoles ya cocidos y cuélalos, vierte los granos en la licuadora y adiciona 1 taza del agua donde se cocinaron. Licúa.
Vierte entonces esta mezcla en el recipiente que tienes al fuego con las especias y remueve bien.
Agrega la sal, pimienta, comino y retira el chile picante. Deja cocer unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se peguen