Comienza preparando la masa para las tortillas. Para ello, mezcla la harina con el punto de sal y ve agregando poco a poco el agua tibia hasta que se forme una masa suave pero que no se te pegue en los dedos.
Amasa un poco y forma bolitas de igual tamaño. Colócalas en un plato y mientras las vuelves a usar cúbrelas con un paño de cocina para que no pierdan la humedad.
Calienta entonces el comal o el sartén donde las vas a preparar. Corta una bolsa plástica de las que se emplean para congelar y coloca la bolita entre las dos capas de plástico.
Coloca en una prensa para tortillas y presiona pero de manera más suave que cuando preparas tacos o quesadillas. Recuerda que esta tortilla debe tener mayor grosor.
Una vez plano, coloca la tortilla en el comal o sartén para calentarla, pero solo unos segundos de cada lado, no dejes que se cocine completamente.
Retira y deja refrescar, cuando ya puedas tocarlo porque no quema, usa tus dedos para darle la forma de sope pellizcando bien los bordes hacia arriba, la idea es formar con la tortilla una especie de recipiente.
Cuando los tengas armados todos, coloca la manteca en un sartén y fríelos por unos segundos por cada lado o hasta que se tornen doraditos.
Cuando vayas retirando coloca sobre papel de cocina para retirar el exceso de grasa.
Coloca entonces sobre cada sope un poco de frijoles refritos, una porción de la carne deshebrada, crema, queso y cebolla por encima.